lunes, 24 de mayo de 2010

Encabezado para "Una tarde de verano"

Hoy el feriado raro del 24 de Mayo y el clima de un invierno humedo y desapacible me hicieron buscar entre mis viejos escritos , es asi que comparto con uds mi relato de una tarde de verano, quizaz añorante de los calurosos rayos del sol de enero.

Una tarde de verano .

Leo a Garcia Marquez, y le rapiño la descripción de una tarde de verano ,un aire cálido y remembranzas de un Macondo que no conozco, pero si a través de sus Novelas, tropiezo con un aire calido y cierto tufillo a pueblo caribeño.
En las tardes de verano de mi agujerito natal, las siestas de Centeno, si nos toca un verano seco, son polvorientas , marrones y el calor del conocido viento norte trae remolinos de tierra que se mezclan con el espejo seco del horizonte que hace las veces del agua que ansiamos, la lluvia que no llega, vuelvo del parque, la pileta no alcanza a refrescar el cuerpo que arde bajo el sol de enero, el camino a casa es una brasa que se enciende en la piel, el sombrero si tenemos suerte que no se haya volado , solo logra mojarte la línea de la frente y la crema humectante, hace rato que se evaporó al contacto con el sol, la transpiración se abre un caminito por la espalda y llega atrevida hasta el ultimo huequito de la espalda, el cuello se moja y en la comisura de los labios algo se mezcla y saboreamos algo salado, ya voy llegando,las plantas añoran que las riegue, se me muestran con hojitas arrugadas, tienen sed, no las atiendo, aun es temprano para beber.
Al fin , aliviada, respiro ante la ducha fresca de mi casa, el suave perfume de los cosméticos, me devuelve algo de sensibilidad para los aromas y me quita el olor a tierra reseca de las 2 de la tarde, me envuelvo en una toalla , y enciendo el ventilador de techo de mi cuarto, me recuesto casi mojada y casi sin ropas también, respiro el aire que me devuelve el hambre de pensarte. La siesta es mía, los pensamientos, tuyos, afuera quedo el calor y alguna lagartija atrasada que huyo cuando abrí la puerta de rejas para entrar .
Y… no estas, pero estas en mi pensamiento, y espero, anhelo el día en que el calor que hoy abrazó mi cuerpo, no sea el calor de la tarde, sino el calor de tu abrazo.