lunes, 20 de junio de 2011

Mi vestidito Rosa



El calor de la tarde de verano era casi insoportable, papá conducía su Peugeot 303 azul por el viejo camino que había sido de tierra y que ahora había sido pavimentado, hacia Rosario, el viaje que era todo lo frecuente que puede esperarse hace 50 años o quizás un par de años menos.
Mamá viajaba sentada a su lado. Y yo, que era una nena de 4 años o quizás 5, estaba sentadita en el asiento trasero cuando aún no había necesidad ni obligación de usar cinturón de seguridad ya que todos conducían apenas al límite de velocidad. Papa, “Tengo calor”, y abríamos las ventanillas, nada, el calor de la tarde de enero no entendía que los aires acondicionados en los autos comunes no se habían pensado siquiera en instalarse. Mamá, “Tengo calor”, Que ya falta poco, mentía mamá para que no me quejara.
Yo estrenaba ese día, puesto que íbamos a la “Ciudad”, un glamoroso vestidito de broderie rosado, con falda ancha y manguitas cortas, el vestidito era suave, corto y me quedaba muy lindo, me sentía orgullosa, me sentía radiante, antes, las nenas no estrenábamos vestidos con frecuencia y nuestros atuendos eran de confección, la modista venia a nuestra casa y bajo la supervisión de mamá acomodaba las agujas y los alfileres hasta que el vestido quedaba como parecía que eso era lo mejor que podía quedar. Y cuando lo estrenábamos todos estaban orgullosos de la obra maestra.
En el coche yo daba vueltas en el asiento, me arrodillaba sobre el respaldo y miraba por el parabrisas trasero, saludaba a los autos que pasaban o seguían detrás, jugaba un rato con mi muñeca “Rayito de Sol” o mi carterita igualmente rosa. Claro, había que formar el equipo y que combinara era un must de la época y así, con 3 moneditas en la cartera, un pañuelito blanco bordado por la abuela y un rouge de juguete y sabor a frutilla daba vueltas a la carterita, hasta que me fastidie.
Tengo calor …y con mucha frustración me saque el vestidito …en bombachita y bajo la mirada desaprobatoria pero con suficiente comprensión de mis papas, comencé a jugar con el vestidito..hasta que…..ay, qué lindo va a volar si lo saco por la ventanilla, mi plan era que volara mientras lo sostenía por las mangas y si….se inflo mucho pero mis manos de niña no pudieron con el viento y antes que mis padres, y yo misma, se dieran cuenta, el vestidito rosa salió volando por el aire. Ups… ¿ Qué hiciste Adriana? Se oyó la voz de mi papá que advirtió por el espejo retrovisor salir volado el vestido.
¿ Y ahora? Mi vestidito ya no se veía, y yo tenía una suerte de desconcierto que me hacia abrir muy grande los ojos. No sabía si podía llorar siquiera, no tuve tiempo de saber que había pasado exactamente.
Paramos en la banquina de pasto y para ver si podíamos retornar un poco y quizás recobrar mi vestido. Yo estaba apenada y todo lo avergonzada que podía estar, sentadita muy quieta con la carterita en la mano y mi bombachita blanca. Nada más.
Estaba mi papá tratando de dar la vuelta al camino cuando vio que un camión se acercaba lentamente, pensamos que se detenía por si necesitábamos ayuda, se detuvo detrás nuestro en la misma banquina, un hombre grandote y transpirado pero de sonrisa amplia se bajó del camión grande y pesado. Y cuando se aproximó vimos, Oh sorpresa, que traía en sus manos una pequeña tela rosa.
“Señorita, me parece que esto le pertenece”, Me devolvía mi vestidito y además me decía señorita, a mi que estaba avergonzada y casi sin ropa, pero feliz.
Claro que eso no me avergonzaba demasiado, no tenía demasiada idea de lo que el pudor era en ese momento. Me devolvía mi vestidito rosa. Yo creía que había sido magia, y que el señor estaba justo volando en el viento a pesar de su tamaño y que había atrapado mi vestidito, sin embargo nos explico que al lanzarse con fuerza en el aire, remolino mediante, el vestidito se había topado con el parabrisas del camión, cuando nos vio parados presumió que era lo que había ocurrido. Yo estaba feliz y miraba al señor del camión con admiración. Demás esta decir que desde aquel día ya no hago flamear cosas por la ventanilla y que además tampoco saco los brazos por las ventanillas, cosa absolutamente prohibida por los padres, sí señor.
Recupere mi vestidito rosa y aquella tarde aprendí a ser agradecida aun con quien no conocemos y que pueden obsequiarnos su ayuda sencilla pero sincera.

domingo, 19 de junio de 2011

Una Página en Blanco



¿Como comenzar a desparramar palabras que ni siquiera dije a quien debía?
¿Cómo llenar una hoja con palabras que no quiero decir a nadie?
Estoy aquí tratando de poner en esta página lo que interiormente me niego a reconocer y que me pesa en el alma.
Estoy también tratando de asentar una fina capa de olvido sobre lo que me es absolutamente imposible de hacer. Revestir con esa apenas perceptible capa de polvo algo que llevara mucho tiempo antes de que deje de percibirse.
Digo que es el clima, explico que es estrés, apunto que es cansancio Psíquico o físico, da igual, asevero que me falta mi perra, digo que me duele esto o aquello, sin decir que aun me duele el alma. Y tampoco digo que la rabia me enoja aun por aquello que no dije o hice.
Se conscientemente que hice lo correcto y sé que sufriría también, aun si no lo hubiera hecho. ¿ Una trampa que no se supe salvar? Posiblemente. No había salida alguna sin sufrimiento. Hoy lo sé. Bribón el destino.
El me decía que no hay destino, que todo se da por razones a veces inexorables y por esas mismas razones todo lo que hacemos tiene una consecuencia, Yo ya no sé quien acusar por el ardid, ¿a mí? Si. Solo yo sabía que pasaría y sin embargo decidí jugar a saltar sin red.
Alma de trapecista? Quizás una faceta de mi personalidad que no había descubierto, lo cierto es que no había red. Y eso es un hecho.
Los huesos rotos y los moretones serán reparados y absorbidos, el corazón es un musculo, dicen que no duele y el alma dicen que pesa 21 gramos, ¿tanto tardan 21 gramos en recomponerse? También dicen que nadie puede componer las heridas de amor más que quien las ocasiono, pero esto no va a ser así. Por lo tanto también es un hecho que quedara sin reparar por mucho tiempo, acaso mas del que yo viva.
También digo que estoy bien de aquella novela que “ES” historia y que así esta perfecto, que ya tuve todo lo que pude tener y quise. O al revés, es más apropiado. Y me miento. Miento una ausencia para no ser presencia. Miento para no dejar que mi dignidad se vuelva aun una carga más pesada, la de reconocer que no fui capaz de encontrar un amor que me refleje. Cuando al fin creí tenerlo, mis amigas decían que hablaba de él y me brillaban los ojos, que hablaba de él y la ilusión se me hacia color en las mejillas, hablaba de él y asomaban mis mejores memorias de esta vida que hasta ese momento había estado llena de sinceros afectos y de mucho por hacer y para hacer pero no disfrutaba del color del amor. Los amores de la juventud, no fueron amores y este, este que llegaba ahora sería el de mis años de decisiones fuertes y de planes para la vida de un futuro que aparecía en compañía. Imaginaba noches de luna en compañía un desayuno de a dos, un viaje de 15 minutos como las vacaciones soñadas y mil formas más de lo que yo asumía como un mundo de a dos.
Pero siempre hay cosas que no planeamos y el futuro se detiene de pronto, nos da una bofetada y nos dice. “Bueno, se acabo el viaje, su ticket no es para más lejos, lo siento” y entonces, ya no es lo que sería y ese sueño de a dos se transformo en una ilusión de solo una..
Ya no lloro pero la nostalgia es un camino largo y sin horizonte.
Acaso, del mismo modo, en algún tiempo llegue nuevamente a esta hoja para contar que hay una pincelada de arcoíris para colorear lo que ahora es mustio y saldré al camino a danzar sobre el arcoíris junto a Judy Garland.

El espejo


Todas las mañanas le devolvía la imagen triste y apagada de alguien que ya no espera nada de la vida, sin embargo, esta, la ultima mañana de la locura, decidió que ese , su espejo esta vez le iba a devolver la mirada que deseaba ver desde hacía tiempo, salio de su cama, sin mirarlo, se dirigio al cuarto de baño, se ducho como cada mañana y salio del cuarto para vestirse, otra vez sin dirigirle la mirada, paso de nuevo delante del intruso y mudo testigo de su tristeza, le volvió la cara, no lo ignoró, solo no se digno mirarlo, parecía que la perseguía, No, se dijo, esta vez no lo lograras, se peino sin mirarse, su cabello obedeció sin inmutarse, se pinto los labios con el carmín de siempre, el que conocía la huella de sus labios, y después de la taza de café..decidió que ahora si, que ahora era tiempo de devolverle el favor, Fue hasta el espejo, lo miro, le sonrió y dijo:
- “Esta es la ultima vez que ves este rostro triste a pesar del carmín, mañana, el carmín sera Morado, y mis ojos y labios estaran sellados”

El cumpleaños de mi amiga.


Cuando es el cumpleaños de una amiga, todos decimos, Feliz Cumpleaños, que los cumplas feliz y una montaña de frases que por tradición se dicen…pero si buscamos simplemente el significado de feliz y cumpleaños traemos un montón de recuerdos en esas dos palabras, primero podríamos preguntarnos cuantas veces se las dijimos a esta amiga..y después nos preguntaríamos si en realidad tuvo felices cumpleaños? Y cuando se llega a los 50 años y es inevitable hacer balances y no para ponernos nostálgicos sino enriquecernos de recuerdos, habría que ser sinceros y creo que como la mayoría de nosotros Cachi nuestra amiga en cuestión, debe haber tenido toda clase de cumpleaños, Alguno habrá sido Nostálgico de lo que ha tenido, otros habrán sido apasionados ….por amor o por ideales, otros quizás han sido melancólicos y otros seguramente como este habrán sido felices porque la mayoría de las veces estamos en nuestros cumpleaños acompañados por los afectos, y si esos afectos son de verdad aquellos que atesoramos en nuestro corazón, nada hay mejor que apagar velas y mejor que sean muchas. Si son muchas y si hay tantos amigos a la mesa como velas sobre la torta o recuerdos en la mente Mejor!!!
Cachi, la amiga sincera, la amiga que estuvo cuando la llame y seguramente estuvo cuando alguien más la llamo, y que está ahora en su sitio, cuando la familia la necesita. La que no se calla cuando algo no le gusta, la que escucha y se ríe con nosotros, se fuma un cigarrillo después de haber dejado muchas veces y la que se toma una cerveza y te escucha del otro lado de la mesa. La que saca fotos estupendas, la que tiene un fino gusto por las cosas bellas, la que se puede vestir de lentejuelas y de jeans, o las dos cosas juntas. la que se pone un perfume de Channel y la que usa el detergente para lavar lava los platos en su casa. Alguien tiene en mente a quien quiera mucho y que sea tan versátil? En este momento no se me ocurre nadie. Cachi, Creo que cada uno de nosotros hoy te podría decir mucho sobre los 50 años, yo te puedo contar un poco mas, jajá. pero….Cumplir 50 años no es estar en la cresta de la ola como dicen las tarjetas de felicitaciones,y por ende comenzar a bajar la cuesta, es saber que es hora de cambiar lo que no te gusta y aprovechar los otros 50 que te quedan, que es hora de renovar los trastos viejos y bañarte en agua nueva que te permita estar en paz con tus deseos y no le des al tiempo la oportunidad de arrepentirte de lo que no hiciste. Ahora es el momento, hoy el día y este tu Turno de releer el libro que hasta ahora estas escribiendo de tu vida.