domingo, 19 de junio de 2011

El espejo


Todas las mañanas le devolvía la imagen triste y apagada de alguien que ya no espera nada de la vida, sin embargo, esta, la ultima mañana de la locura, decidió que ese , su espejo esta vez le iba a devolver la mirada que deseaba ver desde hacía tiempo, salio de su cama, sin mirarlo, se dirigio al cuarto de baño, se ducho como cada mañana y salio del cuarto para vestirse, otra vez sin dirigirle la mirada, paso de nuevo delante del intruso y mudo testigo de su tristeza, le volvió la cara, no lo ignoró, solo no se digno mirarlo, parecía que la perseguía, No, se dijo, esta vez no lo lograras, se peino sin mirarse, su cabello obedeció sin inmutarse, se pinto los labios con el carmín de siempre, el que conocía la huella de sus labios, y después de la taza de café..decidió que ahora si, que ahora era tiempo de devolverle el favor, Fue hasta el espejo, lo miro, le sonrió y dijo:
- “Esta es la ultima vez que ves este rostro triste a pesar del carmín, mañana, el carmín sera Morado, y mis ojos y labios estaran sellados”

2 comentarios:

  1. De todas las publicaciones, ésta es la mejor...una buena microficción. (Eso sí, dale un poco de bolilla a la ortografía y la puntuación...)
    Te felicito.

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  2. Pasaba por aquí; ningún teléfono cerca y no lo puede resistir (de una vieja canción de Luis Eduardo Aute).


    Saludos.

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