viernes, 1 de agosto de 2014


Creo que esta es la dama, no la llamaría princesa, que me define.




Certificate: Test results

What Disney Princess Are YOU?

1001For 53 % you are: You are Belle! You are a bookworm girl who loves to read and write, and is down-to-earth. You don't care what others think, but sometimes you forget that others care what you think.
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Un momento risueño.

No hacía mucho que daba cases en una escuela nocturna para adultos. Me sentía feliz, eran mis primeros tiempos y me sentía con tanta responsabilidad  que temía cometer errores,
 Los que asistían a los cursos eran personas mayores, con muchas ganas de aprender y por lo tanto con mucha atención sobre mi y lo que hacia o decía

Esos años de la escuela para adultos fueron de máxima y enriquecedora experiencia también de aprendizaje mutuo así como de una riqueza intelectual formidable mas allá de lo puramente académico. Pero más adelante le dedicare algún párrafo especial a lo que significo ser teacher de personas mucho mayores que yo. Una jovencita con mucha voluntad y ganas mas que conocimiento de lo que significaba estar al frente de un curso de adultos

Esta vez sin embargo contare algo risueño que ocurrió durante un acto escolar.

Mi medio de traslado fue casi siempre mi silla de ruedas, la cual era tirada por mis perras Ovejero Alemán que estaban adiestradas para llevarme y durante las horas de clase esperaban pacientes fuera de la puerta del aula.

 Los alumnos no eran muchos así que esa noche de frío Invierno nos reunimos todos en un aula para celebrar el acto. Los abanderados deberían entrar portando los estandartes y los aplausos se oirían desde toda la escuela.
 Fue así que cuando la puerta fue abierta para que entren los abanderados con el aplauso de todos, entro mi perra en primera fila, un poco desconcertada por los las palmas.
 Pareció que la que se llevaba los aplausos era ella. En ese risueño y ambiguo momento nadie pudo contener la risa. Sé que el respeto a los signos patrios es un compromiso imposible de obviar, pero en este caso nadie pudo decir que la bandera fue afrentada por algún acto desapacible.


Aquí va mi evocación para mi perra Bárbara. Mi primera amiga que trabajo a mi lado durante 8 años y a todos los que siempre me comprendieron, ayudaron y sobre todo me aceptaron.

Vamos olvidando detalles, pero quiero esbozar algunas páginas para que esos detalles permanezcan vivos tanto como me siento hoy.
Me decían, te vas a aburrir, retirarte del trabajo es un miedo del que muchos no se sobreponen. En un momento pensé que mi vida sin mis clases y sin los alocados, curiosos y siempre  sorprendentes adolescentes sería algo gris y frio que habría que combatir con infinidades de actividades para no recordar, añorar o querer entrañablemente volver a esas aulas que fueron el espejo de lo que fui y también de lo que soy.
Cuando elegimos una profesión la elegimos y ella nos elige para toda la vida, ya no trabajo de profesora, pero seguiré siendo una durante toda mi vida. Eso es aterrador y maravilloso. Aterrador porque siempre encuentro algo que corregir en algún punto y maravilloso porque tengo tantos recuerdos y anécdotas en mis 34 años de trabajo que me es imposible relatarlos, sin embargo me he propuesto relatar alguno de vez en cuando por aquí y poder sentir de una manera u otra los sentimientos que he experimentado a lo largo de todos esos años. Por el momento debo decir que estoy feliz, feliz de poder disfrutar de mi tiempo sin relojes y sin apuros, sin comidas de microondas y sin tener que sopesar a cada instante esto está bien, esto no, esto es justo esto no. Quien soy o fui yo para decidir que es justo en cada caso. Impartir justicia no fue lo que me enseñaron, sin embargo para impartir justicia debemos ser justos y eso es muy difícil nunca estamos del todo seguro que es lo justo. Eso creo que es una de las tareas más difíciles que un profesor tiene. Tanto cuando imparte la clase, como cuando evalúa, cuando trata a sus estudiantes y cuando trata a sus colegas y también cuando se refiere a su franqueza con la vida. Los valores que cada uno acarreamos y que nos procuraron desde pequeños afloran cuando estamos al frente de un grupo, cualquiera sea este.

Entonces, esta es una pequeña introducción a algunos relatos de mi camino por las escuelas que pretendo comentar. Lamentablemente la memoria no es tan amplia y a ciencia cierta dejare en el tintero alguna buena narración que causo la risa generalizada de una clase o las lagrimas de otra. Pero haré mi mejor esfuerzo.






Un Microcuento.

La Puerta azul
- Abuela, ¿ Por qué la puerta está pintada de azul?
- La han matizado de azul porque quisieron quitar con el tono del cielo lo que ocultaron detrás.
- Abuela,¿ Que escondieron detrás de esa puerta azul?
- Lo supimos muchos años después, pero fue la melancolía de la familia.
- Y que es la melancolía, abuela?
- Es el huella, ese sentimiento, que se apodera de las vidas y jamás las deja ver el sol, ni el cielo, ni las sonrisas; es el desamparo del alma que no logra expresarse.
-Es muy triste abuela.

-No te preocupes querida. Han extraviado la llave.