martes, 8 de febrero de 2011

Visita a la tia Rosita

La semana pasada, mi mama, que hoy tiene 81 años al igual que la tía Rosita, hermana de mi papa, mi hermana, y yo fuimos a ver a tía Rosita, ella nos dio un regalo como herencia, porque quiso repartir algo de lo que tenía antes, dice ella, de irse de este mundo, aunque yo creo que eso pasara dentro de mucho tiempo, tiene una energía envidiable y no para de hacer chistes, de contar historias de veranos en campamento en familia y paseos a caballo. Fue así que en ese baño de Historia impensado en algún momento recordó la casa de su maestra de piano donde ella me llevo cuando yo era casi bebe, tenía en ese entonces, 10 meses de edad y que fue en esa casa cuando comencé caminar, a “largarme” como se decía o se dice quien sabe. En ese momento hablábamos de muchas cosas y no le preste demasiada atención a ese detalle, pero resulta que cuando llegue a casa y pensé, a veces pienso en el pasado,resulta que tome conciencia que alguna vez camine. Y de pronto me oí decirme a mi misma que hubo otra oportunidad, diferente a la que fue, y aun hay días en que no entiendo que tuvo que pasar para que fuera una elegida para que el destino diera un vuelco en un momento y haya hecho de mi lo que fui luego de mis 10 meses de edad. Allí fue cuando contraje la poliomielitis, la tipa se jugó conmigo, fui al pulmotor, eso había en esa época, casi morí, sin embargo acá estoy, dura yo? SI. Pero las secuelas que me dejo fueron bastantes, durante un tiempo use aparatos ortopédicos, eso que es tipo Robot pero de los 60s, con hierros en las piernas y una paralela que mi abuelo “Fiura” me había construido, una especie de corralito para que me apoyara, y lo iba levantando y caminado, no sin esfuerzo. Como me hacían el corset de Cuero es otra historia, un poco indigna, pero que aguante estoicamente hasta que cumplí 18, luego me venció el pudor, el dolor al usarlo o no sé que, solo se que ya no los use, me ate a la pseudoindependencia de mi silla de ruedas. A partir de allí me propuse que no había muchas cosas que no pudiera hacer, tuve amigos que me secundaron en casi todo, hasta me subía a los toboganes trepando las escaleras, una vez recuerdo que estando en el tope no me anime a lanzarme, mi amigo Juan subió y bajo conmigo. Pero mis amigos serán Objeto de otra entrada ya que fueron parte fundamental en mi inserción en la sociedad y por supuesto mis padres que nunca me ocultaron, es mas me motivaron para ser independiente y muy natural con todo el mundo sin tener vergüenza alguna. Bueno, ellos también merecen una entrada aparte. Es una pena que no tenga fotos de aquella época. Espero que este relato sea lo mas grafico posible sobre una parte de mi infancia. Volveré. La lluvia me hizo venir, espero no tener que esperar la próxima lluvia para llegar a mi blog.